La niñez del área metropolitana de Querétaro, específicamente en municipios como Corregidora, Huimilpan, El Marqués y Pedro Escobedo, consume diariamente 5.6 gramos de sal, una cifra que supera la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para adultos, que es de 5 gramos. Esta ingesta excesiva se relaciona directamente con el consumo de productos ultraprocesados y podría desencadenar problemas de hipertensión y otras afecciones de salud en la edad adulta, según advierte el Dr. Pablo García Solís, coordinador del Centro de Investigación Biomédica Avanzada de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
Las investigaciones, iniciadas en 2010 por el equipo del Dr. García Solís, inicialmente buscaron medir la ingesta de yodo en escolares. Si bien el yodo es un nutriente esencial para la salud de la tiroides, los estudios revelaron que en zonas con mayor prevalencia de este elemento —vinculado directamente a la sal yodada que exige la legislación mexicana— también se detectaron más casos de sobrepeso y obesidad en escuelas.
En 2016, los investigadores se enfocaron en la ingesta de sodio en estudiantes de 6 a 12 años, confirmando que aquellos con obesidad consumían significativamente más sal. Por ejemplo, los niños de 6 a 8 años con obesidad ingieren 5 gramos diarios, mientras que en el grupo de 9 a 12 años con obesidad, la cifra asciende a 5,8 gramos. En cambio, los niños con peso normal consumen, en promedio, 4,1 gramos al día.
El Dr. García Solís enfatizó que el sodio, presente en grandes cantidades como conservador y condimento en los productos ultraprocesados, se suma a la sal utilizada en la cocina, creando un problema acumulativo. Aunque la hipertensión arterial no se detectó de forma generalizada en los niños estudiados, la relación entre el consumo excesivo de sodio, el sobrepeso y la obesidad es clara.
Ante este panorama, la UAQ hace un llamado urgente a evitar el consumo de productos ultraprocesados , que explotan el atractivo de los sabores salados, dulces y grasosos, contribuyendo así a desequilibrios nutricionales que pueden derivar en enfermedades crónicas después de los 30 años. La recomendación es no exceder los 5 gramos de sal diarios para adultos y no más de 4 gramos para niños menores de 7 años, un reto ante la omnipresencia de la sal en la industria alimentaria.