Ni Sheinbaum, ni Ebrard han sido decorosos, ni prudentes en la manera que han ejecutado su precampaña, sobretodo tomando en cuenta que todo en política es timing, de lo que ni Morena se escapa, lamentablemente para su militancia.

Claudia y Marcelo siguen dejando muchas de sus responsabilidades a favor de su muy personal fanfarria. Lo que además de malo, es reprobable, ante esta mala estrategia, seguramente buscarán en Adán Augusto López sus probadísimas habilidades políticas.

Es que Adán Augusto ha manejado un timing que, no por ser mesurado ha sido erróneo. Apenas hace unos días, el pasado 8 de marzo, el secretario de gobernación dijo abiertamente que quiere ser presidente. Declaración esperada por muchos, no por la sorpresa que, francamente, no significa, sino por la clara declaración de principios que esto significa.

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Por ActivoQ